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Es tiempo de volver a soñar. Aunque a estas alturas ya no sé si ir al Mundial sea un sueño o un objetivo real. Es que Gareca y su grupo de jugadores que nos clasificaron a una Copa del Mundo y a una final de Copa América son los culpables de que hoy, lo que solía ser imposible, sea más posible que nunca.
Era un bucle. Cada comienzo de eliminatoria volvíamos a creer en que podíamos clasificar al Mundial, sin embargo, la ilusión se nos caía luego de, a lo mucho, seis partidos. Nuestra realidad ha cambiado. Tal vez clasifiquemos, tal vez no, pero hoy con seguridad sabemos que esta selección puede llegar con vida hasta la última fecha.
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