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Ayrton Senna, 27 años como leyenda

Actualizado: 1 may 2021



Ayrton Senna era tan preocupado por su nivel deportivo como por su calidad de ser humano. Probablemente su simpatía sumada a su talento para el espectáculo fueron las principales razones de que el mundo del deporte se rinda a sus pies.


Sin duda la fama de Beco (como lo llamaba su familia) no solo se basa en sus magníficas actuaciones cuando piloteó un coche de Fórmula 1, es también recordado por su carisma y calidez con los que lo rodearon. El mejor ejemplo tuvo lugar en el Grand Prix de Bélgica 1992.


Durante la clasificación de esa carrera, un novato Érik Comas pierde el control de su coche al intentar hacer su vuelta más rápida y se estrella a 290 km/h. Su rueda delantera derecha se desprende golpeándole la cabeza y lo deja inconsciente en medio de la pista. Para empeorar su suerte, su pie se ha quedado presionando el acelerador y, con la temperatura del motor subiendo sin recibir aire, es cuestión de tiempo que el coche se incendie con su piloto desmayado.


El primer piloto en llegar a la escena es Ayrton, quien enseguida escucha el motor del francés accidentado a siete u ocho mil revoluciones por minuto. De inmediato se detiene, baja de su vehículo, corre desesperadamente al coche de Comas y lo primero que hace es apagar el motor para evitar que se incendie. Cuando el doctor Sid Watkins, delegado médico de la Fórmula 1 por más de 20 años, llega al lugar del accidente, Ayrton estaba de rodillas sosteniendo la cabeza de Comas de forma correcta. El brasileño previamente había mostrado interés en qué hacer en caso de accidente y recurrió a su amigo Watkins para que le de unos consejos básicos. “Me he asegurado de que su respiración estuviera bien y le he dicho al comisario que no le quite el casco para que tú pudieras examinar los daños”, le dice al doctor. Senna acababa de salvarle la vida a Comas.



Por cosas del destino a Ayrton le tocó estar del otro lado de un accidente dos años después, pero esta vez con resultados fatales. La tercera carrera de la temporada 1994 era el Grand Prix de San Marino. Un circuito que avisaba que sería terrible con el accidente de Rubens Barrichello durante las sesiones de entrenamiento. El compatriota de Senna chocó y dio varias vueltas de campana, pero afortunadamente solo se lastimó el brazo y la nariz. Ayrton fue a visitarlo en la enfermería.


Beco, ya mortificado por el accidente de su compatriota, más la inconformidad con su inestable Williams tras la prohibición de las mejoras eléctricas aquel año, lucía serio y tenso, como nunca. Pero lo peor vino en la etapa de clasificación. Si el circuito de San Marino ya había avisado que sería fatal, con esto imploró que no se corriera: Roland Ratzenberger estrelló su coche contra una barrera a más de 300 km/h. Senna vio la escena y pidió que lo lleven al lugar del accidente. Cuando llegó y vio al cuerpo inconsciente del piloto austriaco rompió a llorar. Desde el hospital anunciaron que Roland había fallecido.


Tras ver la reacción del brasileño, Watkins le dijo que no tenía que correr al día siguiente, que no era necesario que lo haga porque ya ha demostrado ser el mejor del mundo. Senna asintió, se quedó callado, pero decidió seguir adelante.


Los comisarios decidieron que la carrera se desarrolle pese al accidente y el GP de San Marino inició con Ayrton conmovido. Apenas se dio la largada dos pilotos chocaron obligando a que el coche de seguridad salga a la pista. Esto implica que todos vayan a velocidad moderada y que las llantas no calienten. Dos vueltas después de que se reanude la carrera Ayrton impacta a más de 300 km/h en la curva Tamburello. Su coche queda destrozado, él inconsciente. Se muestran las banderas amarillas que advierten el accidente, pero de inmediato se convierten en rojas. La carrera acaba de suspenderse.


Los médicos tardaron una eternidad en llegar. Sid Watkins, amigo de Senna tenía que hacer maravillas para salvarle la vida, pero el brasileño mostraba signos de muerte cerebral. Todos los coches se estacionaron en boxes hasta que den la orden de que la carrera se reanuda, pero prematuramente llega la orden a uno de ellos. Erik Comas, piloto al que Senna salvó de una muerte segura dos años antes recibe la información errónea de que la carrera se ha reanudado y llega a toda velocidad al lugar del accidente. Cuando se encuentra con la escena de los charcos de sangre y a Senna con el torso desnudo mientras le hacen masajes en el pecho sintió una “atmósfera muy pesada, que aún sin saber los detalles sabía que era algo muy malo”, comenta Comas pasados 10 años del accidente cuando recién pudo hablar de ello.


Ayrton fue llevado en helicóptero al hospital más cercano y horas más tarde anunciaron su muerte. Muerte que había sido instantánea luego de que el choque lo dejara con varias fracturas craneales y un pedazo de su suspensión le perfore encima del ojo derecho.


Las enfermeras encontraron una bandera austriaca doblada en uno de sus bolsillos. Senna quería dedicarle aquella carrera a Ratzenberger, pero en lugar de conmovernos por el austriaco, todos terminaron llorando a Senna ese fin de semana.

Su funeral en Sao Paulo fue acompañado por miles de personas entre aficionados y celebridades del automovilismo. El gobierno brasileño decretó luto nacional. El impacto de su deceso fue tal que hasta su acérrimo rival Alain Prost (cuya rivalidad da para un capítulo aparte) acompañó el ataúd y la misma selección brasileña de fútbol le dedicó el título mundial de ese año con una pancarta mostrada luego de ganar la final que decía: “Senna, aceleremos juntos, el ‘tetra’ es nuestro”.


La muerte del tricampeón mundial, al que solo le bastaron 10 años en la Fórmula 1 para ganarse el título de mejor piloto de la historia, hizo que la FIA tome más medidas de seguridad para los pilotos. Incluso se modificaron los vehículos y algunos circuitos para evitar más accidentes mortales.


Aquel 1 de mayo de 1994 marcó un antes y un después en el automovilismo. Algunos aún no pueden creer que Ayrton murió haciendo lo que le apasionaba y lo que mejor sabía hacer. Así sin más, un día como hoy hace 27 años terminó su vida, pero empezó su legado como leyenda.




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